jueves, 23 de septiembre de 2010

Falling slowly.

Saludos cordiales e ilusionados desde un nuevo curso, plagado por supuesto de esperanzas de principiante que espero no se conviertan en desesperación.

Viendo cómo el verano va dando paso a lloviznas intermitentes, días cortos y escalofríos; me pongo melancólica y pienso: "Qué vienen los abrigos, las botas, las mantas, los gorros, los guantes...y el moquillo..". Que bien que llegue el frío de verdad, pasando por la consecuente caída de hojas que tanto gusta chafar...

Y es que, amables desconocidos, uno de los tantos placeres otoñales es, sin duda alguna, pisar las hojas secas y escuchar como crujen bajo nuestros pies. Al menos a mi me ocurre; andar hacia la facultad acertando en los charcos y buscando esos retazos de naturaleza muerta en la ciudad, de colores amarronados y de tactos diversos pero agradables.

¿No os apetece que, en una tarde fría y lluviosa, de repente salga un pedacito de sol entre las nubes grises y nos caliente la cara?

A mí si, definitivamente, amables desconocidos (y los que no desconozco tanto).

Por cierto, quisiera recomendaros la película "once", no es nueva, no es española y a mí consiguió arrancarme sonrisas Y lágrimas.

:D

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